Una desintoxicación digital para volver a conectar con el mundo

¿Adicto a las pantallas?

¿Adicto al teléfono? Probablemente otras personas sí... ¡pero yo no! Y eso que, de media, consultamos nuestro smartphone más de 200 veces al día. ¡Eso es mucho! Este pequeño objeto se ha convertido en nuestro fiel compañero de la mañana a la noche, y a veces incluso durante la noche. Tanto es así que la nanofobia se ha apoderado de nosotros. ¿Se preguntará qué es? Pues bien, es el miedo intenso a separarse del móvil...

Todavía no somos todos unos nanofóbicos (¡menos mal!), pero es cierto que somos un poco adictos a las pantallas. Auténtica navaja suiza tecnológica, nuestro teléfono se ha convertido en nuestro GPS, nuestro DJ, nuestro fotógrafo personal, nuestro despertador e incluso nuestro medio de pago. Un asistente siempre dispuesto a seguirnos y que nunca se queja... Y, sobre todo, es nuestro vínculo con el mundo exterior y con nuestros seres queridos.

En resumen, las pantallas están en todas partes todo el tiempo, pero no hay nada malo en ello, tranquilos, está en el aire del tiempo. Sin embargo, ¿adivina quién evoluciona más despacio que nuestros smartphones? Nuestro cerebro. Y por mucho que intente seguir el ritmo, ¡no puede evitarlo! Con cada notificación, cada artículo leído, cada post que le gusta, hay una nueva pieza de información que procesar. En otras palabras, falta mucho para adoptar el modo Slow Life. Así que, ¿por qué no darle un pequeño respiro de vez en cuando? ¿Una pequeña desintoxicación digital, por ver?

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¿Un poco de desintoxicación digital?

Los neurocientíficos nos advierten de que el uso excesivo de pantallas puede provocar estrés, ansiedad e incluso trastornos del sueño. Nuestro cerebro, como un jardín secreto, necesita pausas para florecer y momentos de calma para alimentar su creatividad. Y si, como el 81% de los franceses, utiliza el móvil durante las comidas con amigos, ¿quizá ha llegado el momento de volver a la vida real?

Que no cunda el pánico, nunca es tarde para dar un paso atrás, dejarse llevary redescubrir el mundo que nos rodea. Al fin y al cabo, hay tantas cosas bonitas que experimentar más allá de la pantalla, momentos auténticos que compartir, experiencias concretas que saborear y conexiones humanas que cultivar. Liberarnos de las garras de la tecnología no hace daño...

¿Con una desintoxicación digital? No, no hace falta desintoxicarse digitalmente para volver a conectar con la realidad. Basta con cambiar algunos pequeños hábitos. Y para ello, te proponemos algunos gestos sencillos. ¡Y ya verás cómo le coges el tranquillo!

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Hacia la desconexión digital

Para descubrir los beneficios de una desintoxicación digitallo primero que hay que hacer es ser consciente de cuánto tiempo pasas al teléfono. La mayoría de los smartphones te proporcionan esta información. Y si decides que es demasiado (9 horas al día, ¿en serio?), tenemos algunos consejos para ti:

• Configure aplicaciones para conocer la puntuación de su dependencia digital y gestionarla con parámetros restrictivos (BreakFree, QualityTime...).
  
  

• Saca el despertador tradicional: un buen despertador mecánico o electrónico a la antigua usanza echará a tu smartphone de tu dormitorio. ¡Un sueño tranquilo garantizado!
  
  

• Apaga el teléfono por la noche y vuelve a encenderlo cuando estés listo para empezar el día. (¿Has oído hablar del botón de apagado? ¡Sí, sí, funciona!).
  
  

• Utiliza el modo silencioso para salir por la noche con la familia o los amigos y disfruta al máximo de la conversación. (Ten cuidado de concentrarte, ya que la conversación puede llegar a ser un poco más profunda...).
   

• No cojas el móvil cuando salgas a pasear (sí, sí, ¡es posible!) y observa la naturaleza. (En serio, ¿ya estamos en otoño?)
   

• Vuelva a las actividades de ocio que disfrutaba en casa antes de la omnipresencia de las pantallas (cocina, libros, meditación, rompecabezas, juegos de mesa, bricolaje, etc.).

¿Listo para aceptar el reto y probar esta pequeña desintoxicación digital? Claro que sí. Puede que incluso te sorprenda gratamente todo el tiempo que ahorras. Y para sustituir las distracciones digitales, ¿por qué no redescubrir los beneficios de los rompecabezas?

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Fuente: Barómetro Digital